El Error del Titanic

Viernes, 13 de Agosto de 2010 12:22 Escrito por Luis Gabriel César

En 1912, cuando el Titanic zarpó, todos lo llamaban “el insumergible”. Eso, porque el Titanic utilizaba una nueva tecnología. La nueva tecnología consistía en que el casco de la nave se dividía en compartimentos. Más que un casco único e integrado, éste estaba dividido en compartimentos con la idea de que si algunos se llegaban a dañar, incluso a inundar, todavía la nave continuaría flotando. Pero como sabemos ahora, el Titanic se hundió y 1,522 personas perdieron sus vidas en esa tragedia. Al afectarse la integridad del casco, la nave quedó condenada.
Hace tiempo leí que James Cameron, el productor de la película Titanic dijo: "El Titanic es una metáfora de la vida. Estamos todos en El Titanic." Y de muchas maneras nuestra vida es como un barco. Podemos navegar suavemente a través de aguas inmóviles y pensar que sólo estamos haciendo un crucero por la vida, pero nuestra integridad se daña también nos hundiremos. Si la integridad de tu vida se agrieta, seguro que estarás en aprietos. Te diriges hacia una catástrofe importante.
La mayoría de la gente incurre hoy en una equivocación titánica con sus vidas. ¿Cuál es ese error titánico? Sucede cuando intentamos dividir nuestras vidas en varios segmentos y pensamos que estamos seguros al hacerlo. Tomamos nuestras vidas y las dividimos en pedacitos. Ésta es mi vida Laboral, mi vida hogañera, mi vida social, mi vida de Iglesia, mi vida sexual, y lo hacemos como si todas estas cosas no estuvieran totalmente relacionadas. Incluso cristianos bien intencionados dividen a menudo sus vidas, las dividen en compartimentos, el mismo error del Titanic. Tienen el compartimento espiritual, en el cual oramos, agradecemos a Dios, vamos a la iglesia y hacemos algún tipo de ministerio. Y luego la vida secular con la cual trabajamos y vivimos en el mundo real y hacemos dinero y cosas tangibles. Estos compartimentos no operan recíprocamente a menudo. No hay integración en la vida. La clave para una vida de victoria y de influencia sobre los que nos rodean, es “la integridad”.
Piensalo… con amor en Cristo,